El Arcano Mayor número nueve es uno que nos habla sobre la capacidad que tenemos de buscar y encontrar la sabiduría… y de la condición necesaria para lograrlo: la soledad. Se trata de
El Ermitaño.
La figura del eremita que abandona el mundo para encontrarse a sí mismo es una de las más socorridas en la historia de la filosofía y del conocimiento. Recordemos a Diógenes, Buda y otros filósofos que creían en la necesidad de alejarse del ruido y de la compañía para crecer al interior y comprender los avatares de la existencia.
El Ermitaño tiene la misma representación desde que se difundió el Tarot a través del primer mazo, el de Marsella, en el siglo XV: un hombre que camina iluminado por una lámpara en un sendero solitario.
¿Qué significa esta carta? El sendero no es otra cosa que la vida, y la lámpara que ilumina al caminante es el conocimiento. No podemos comprendernos ni comprender a los demás si no es bajo la luz de la experiencia y del saber.
Este caminante se ayuda con un bastón de madera. Avanza, pues, auxiliado por los restos de un árbol que, llegado a su Destino, podrá sembrar de nuevo y verlo echar raíces. Este ermitaño, como cada uno de nosotros, busca el sitio para fundar su Paraíso.
¿Qué es lo que nos dice esta carta? El conocimiento está afuera, y sólo lo encontraremos si nos decidimos a andar los caminos, a adentrarnos en el mundo.
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