El Arcano número 18 es una reflexión sobre la necesidad de que conectemos con los ciclos naturales, y de que entendamos a la vida dentro de ellos. No somos islas: todos estamos conectados a todo por hilos a veces evidentes y a veces invisibles.
La Luna es una demostración de ello.
La Luna brilla gracias a El Sol, pero ella domina sobre las mareas y los ciclos naturales: depende de otros y otros dependen de ella. Esta relación simbiótica se refleja en la representación que de este cuerpo celeste se ha hecho en el primer Tarot de la historia, el de Marsella (siglo XV): sobre un campo, brilla la Luna, que a la vez es el rostro de una mujer y el astro. En el campo, hay un río que corre hacia el mar. A ambos lados del río, hay torres, y al pie de ellas un perro. Un lado del rio es el reflejo inverso del otro. De las aguas del mar, en tanto, surge un anfibio.
¿Qué significa esta carta? Somos seres dobles: amantes y amados, cazadores y presas, reyes y siervos, río y mar, perro y zorro… En nosotros, como en el anfibio, conviven dos naturalezas. La Luna puede ayudarnos a gobernar ambas para encontrar nuestro lugar en el mundo.
A la vez que debemos reconocer a nuestros deudores, debemos honrar nuestras deudas. A la vez que nos aman, debemos amar, pues todo lo que damos será devuelto, y todo lo que robemos nos será arrancado. Es la ley de la vida, es la ley de La Luna.
Envía tus comentarios