Un ángel ha bajado a la Tierra, y se ha posado sobre las aguas de un río. Mientras espera (no sabemos a qué, pues al fin y al cabo todas las esperas son iguales) pasa agua de un cáliz a otro, en un ejercicio en apariencia inútil. Se trata de
La Templanza, el Arcano Mayor número XIV.
La representación de La Templanza es la misma desde los tiempos del primer Tarot conocido, el de Marsella (siglo XV): el ángel que trasvasa las aguas de una copa a otra mientras espera de pie en un rio.
¿Qué significa esta carta? El mundo nos pide premura y decisión; la sociedad nos demanda acción y competitividad; nuestros seres queridos, que seamos más productivos y que estemos más presentes. En una sola frase: todo nos pide que seamos más rápidos, más múltiples, más activos.
La Templanza llega para recordarnos que la vida tiene diferentes velocidades, y que es necesario detenernos para valorar un curso de acción. Es necesario que ante ciertos problemas de la vida, hagamos uso de La Templanza: la fuerza de no actuar.
El ángel de este Arcano contempla sin prisa y espera el momento de actuar mientras reflexiona El agua que va de una copa a la otra es la misma que fluye en el rio a sus pies: esto significa que no está ajeno a la vida, sigue siendo parte de ella. Pensar en el curso de nuestras acciones también es vivir.
¿Qué es lo que nos dice esta carta? Pensar también es actuar. Piensa antes de hacer, siempre.
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